Frente al negacionismo turco, Armenia conmemora un nuevo aniversario del genocidio

«No hace falta explicarle a un argentino o un armenio lo que es memoria, verdad y justicia, son valores que compartimos totalmente», asegura Hovhannés Virabyan, embajador de Armenia en Argentina.

A pesar de que comparten frontera, Armenia y Turquía no tienen relaciones diplomáticas. En 2009 los ministros de Exteriores de ambos países firmaron protocolos sobre el reestablecimiento de los vínculos, pero esos documentos nunca fueron ratificados. El mayor obstáculo es el genocidio armenio, del que este 24 de abril se cumplen 117 años. Esa tragedia le costó la vida a un millón y medio de civiles armenios que fueron perseguidos y asesinados por el imperio otomano, algo que Ankara se niega a reconocer. «Damos mucha importancia al reconocimiento internacional para que no se repitan estos crímenes en el futuro. No hace falta explicarle a un argentino o un armenio lo que es memoria, verdad y justicia, son valores que compartimos totalmente», asegura a Página/12 Hovhannés Virabyan, embajador de Armenia en Argentina.

El 24 de abril de 1915, el gobierno otomano detuvo a más de 250 intelectuales armenios y los desapareció o ejecutó. «Eso fue una culminación de esta tragedia para la nación armenia. Imaginen que en un mismo día desaparecen todos juntos Carlos Gardel, Astor Piazzola y Julio Cortázar. Sería una tragedia para cualquier nación», comenta Virabyan al respecto.

El renocimiento del genocidio armenio en Argentina y en el mundo

Este año se cumplen 15 años de la ley Nº 26.199 que declara en Argentina el 24 de abril como «Día de acción por la tolerancia y el respeto entre los pueblos». Para Virabyan este es un elemento muy importante en el marco del reconocimiento internacional del genocidio armenio. De hecho Argentina es el único país en el mundo que reconoció este crimen a través de los tres poderes del Estado: lo reconoció el Congreso en 1985, en 1987 el presidente Raúl Alfonsín, en 2007 se convirtió en ley nacional y también en 2011 a partir de un fallo del difunto juez Norberto Oyarbide que establece que «el Estado turco cometió el delito de genocidio en perjuicio del pueblo armenio».

Unos 30 países reconocen actualmente el genocidio armenio, con una mayoría de naciones de la Unión Europea, aunque hay algunas excepciones como España, donde las mociones en el Congreso son rechazadas año tras año. «Por supuesto, cada país sabe que necesita y cuáles son sus intereses económicos o políticos. En general en el continente americano muchos países lo han reconocido, desde Canadá hasta Argentina, y Estados Unidos también por primera vez con el reconocimiento del presidente Ronald Reagan (que utilizó el término «genocidio» durante un discurso en 1981), pero últimamente también Joe Biden. Uruguay es un país simbólico para nosotros, porque es el que primero reconoció el genocidio en 1965«, sostiene Virabyan.

El embajador celebra que Argentina presida el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y Armenia ocupe una de las vicepresidencias. «Cooperamos muy bien porque compartimos no solo palabras, también valores como memoria, verdad y justicia. Nuestras visiones en estas áreas coinciden totalmente, porque no creemos que los derechos humanos tienen que ser monopolizados o algún grupo étnico tiene más derechos que otros por razones políticas o económicas. Son valores universales y cada persona en este planeta debe ser tratada por igual», explica Virabyan desde la sede de la embajada armenia en Buenos Aires.

La relación con Turquía

Turquía se niega tajantemente a aceptar el concepto de genocidio para describir lo ocurrido y, aunque reconoce la muerte de cristianos armenios entre 1915 y 1923, los encuadra en un contexto bélico con Rusia en el este de Anatolia durante la Primera Guerra Mundial. Gran parte de los armenios deportados por un imperio otomano en franca decadencia murieron en el camino luego de ser deportados masivamente a Siria, asesinados por soldados otomanos o por mercenarios kurdos, o bien por hambre o enfermedades.

Desde la independencia de Armenia hace apenas 30 años hay rumores de reestablecimiento de las relaciones. Incluso en los últimos días el presidente de Rusia Vladimir Putin se erigió como mediador entre turcos y armenios, pero «hasta hoy son solo palabras», advierte Virabyan y agrega: «Armenia desde el primer día ha dicho que quiere, sin precondiciones, tener relaciones con todos sus vecinos y con todas las naciones del mundo, entre ellas por supuesto Turquía, pero Turquía unilateralmente cerró la frontera y hasta hoy permanece cerrada«.

«Por supuesto, nunca la República de Armenia considera al pueblo turco un enemigo o un Estado enemigo porque también miles y miles de connacionales han salvado sus vidas gracias a sus vecinos turcos que los han escondido o ayudado a escapar. También hoy día intelectuales en Turquía hablan de eso, aunque el Código Penal turco hay un artículo que encarcela desde seis meses hasta no sé cuántos años a cualquier persona que hable genocidio armenio en Turquía, al considerarlo un insulto a la nación», explica el embajador armenio. Un caso célebre de persecución es el del escritor y premio Nobel Orhan Pamuk, procesado por la justicia turca después de que asegurara que el país debía reconciliarse con su pasado y de que se refiriera, en 2005, al genocidio armenio dando sus motivos: «Nadie se atreve a mencionarlo. Por eso yo lo digo».

Para conmemorar el 24 de abril, este domingo a las 11 horas habrá una ceremonia religiosa en honor a los mártires del genocidio, en la Catedral San Gregorio El Iluminador del barrio de Palermo. También se convoca a una marcha a partir de las 15, organizada por la Mesa Interjuvenil de la Comunidad Armenia de Buenos Aires, que partirá de las escalinatas de la Facultad de Derecho de la UBA. «Haremos también una sesión fotográfica y un ballet folclórico armenio, y vamos a seguir con estas ideas para darle un poco más de color al reclamo. No quiero que Armenia siempre esté asociado con guerras y genocidios«, explica Virabyan.

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