Enero 2021
El diseño de las nuevas formas de la colonización que nos aprestamos tímidamente a describir la encontramos desde finales del siglo pasado. Con la llegada del Coronavirus y los cambios económicos que se están produciendo velozmente se puede afirmar que se acelera un proceso que desde los años 90 del siglo pasado se expandía en el mundo. Es necesario ser medianamente observador para entender como estos cambios que se imponían, barren de hecho conquistas sindicales o simplemente derechos humanos.
La revolución tecnológica renueva aspectos económicos, sociales, culturales y policiales/militares. Desde la llegada de internet no solo se han producido cambios de comunicación entre las personas, ha cambiado la forma de trabajar y se desarrollan relaciones y comportamientos diferentes a los antiguamente conocidos. Existe una aceleración a la precariedad del trabajo. Aumenta la dislocación del trabajador, crecen los trabajos a contratos, y aumentan los contratistas independientes, siendo imprescindible para muchas de estas actividades el uso del teléfono, la PC y diferentes APP. El capitalismo “Fordista” da paso al modelo de acumulación capitalista que encarnan los nuevos modelos económicos como Google, Facebook, Apple etc.
La producción material y su centralidad han perdido pie ante la centralidad de lo inmaterial.
Las clases sociales y sobretodo la clase trabajadora o aquella que vive solo de su trabajo poseen nuevas características y necesidades con respecto al siglo anterior. La nueva economía y la dialéctica nos lo ponen ante nuestros ojos.
La presencia del Covid 19 ha permitido un avance en el desarrollo de nuevas formas del capitalismo, muy cercana a una lectura similar del colonialismo que teníamos desde antes de los años 60/70 del siglo pasado en el norte de África.
El nuevo colonialismo tiene como característica la expansión monopólica desde las empresas multinacionales que están determinando las nuevas leyes del mercado y sobretodo del comercio mundial. La novedad es que no sólo se producen mercaderías materiales, lo inmaterial es fuente de producción y por tanto es valor. De las colonias, los países colonizadores se llevaban generalmente sus materias primas y gobernaban a los pueblos indígenas a través de gobiernos impuestos por los propios colonizadores. Era, además necesaria la represión de la población que habitaba en la colonia.
Lo diferente de la actual situación colonial es que el colonizador lo hace a través de la imposición de políticas económicas colonizadoras, que ya no implican explotación económica sobre uno o varios países o regiones. El sistema de colonización es global y esto implica la intervención a nivel mundial. Quienes poseen las fuerzas económicas son en realidad las grandes multinacionales. Sus capitales y financiaciones no corresponden a un solo país o estado. Las financiaciones que reciben son propias y/o de créditos transnacionales. Estas multinacionales no actuarán sobre un único país o continente, todos los continentes son tocados por el mundo de las multinacionales. Las grandes corporaciones de esta nueva era tecnológica poseen la capacidad de actuar globalmente; la percepción del tiempo y espacio es diferente al que conocíamos 100 años atrás. Ahora se actúa sobre todos o casi todos los países y habitantes del planeta. Las grandes compañías de internet y del comercio global pagan impuestos menores que cualquier empresa “nacional”. Los gobiernos de países-colonizados del primer mundo y por ende sus trabajadores, aceptan sin protestas las condiciones que las multinacionales imponen a los gobiernos europeos, que callan y otorgan (ver tasa Google) concesiones coloniales. Estos nuevos colonizadores tales como Apple, Amazon, Google, Mc Donald´s, Burgy, Starbucks, por solo nombrar algunos, aplican los modelos de comportamiento hegemónicos y homogeneizadores sobre la población local-colonizada, la cual acepta y se deslumbra ante la “nueva cultura” que nos brinda el colonizador.
Tenemos ante nuestros ojos centenares de estos ejemplos y es desde el nuevo paradigma económico que los pueblos se ven obligados a modificar sus comportamientos culturales. La telefonía y las diferentes formas de comunicación, las comidas, el transporte, ropa, hotelería y resorts, etc. son imprescindibles para estandarizar la cultura de los pueblos.
Mc Donald aplica la estandarización para desarrollar su negocio y amansar a los clientes y trabajadores propios. Toda su actividad es similar por no decir idéntica en todos los países en que actúa. Pocos son los lugares del planeta donde no se encuentra Mc Donald´s. Misma comida, idéntica forma del comportamiento con el personal, idéntica forma de pago etc. Millones de personas más allá de su color de piel, edad, país de origen se dan cita para digerir la misma homogénea cultura culinaria. Nada esta librado al azar, mismo patrón de comportamiento en todos y cada uno de sus locales alrededor del mundo.
Es por ello que el patrón colonizador nos envía un modelo de consumo y de trabajo, similar en todo el planeta. El auge y la firmeza con que se imponen las corporaciones multinacionales les permiten “desembarcar “en el imaginario colectivo del colonizado sin casi ninguna resistencia organizada. ¡Así las cosas!
Me puse buscar en internet -les aseguro que es sencillo- donde se informa que; la cadena Mc Donald tiene 38000 restoranes en 120 países y atiende a 70 millones de personas. Posee además 1.5 millones de empleados. Según nota de Cincodias (Suplemento economía El País de España) Mc Donald gano 5475 millones de euros en el 2019.
Es clarísimo, que las grandes corporaciones multinacionales logran determinar a nivel global tanto la economía, las relaciones laborales, los aspectos sociales, los militares y la cultura de la población.
El colonizado ya no es el lumpen, el pobre o el indigente que vive en los países periféricos, no; el hombre y la mujer colonizada están presente en todo el mundo globalizado. Esta es la novedad de este siglo.
El hombre colonizado de este siglo utiliza las App, el celular, Pc, posee tarjeta de crédito, tiene auto, come en Subway o Mc Donald´s, usa mascarilla contra el Covid y cree en el político de turno.
El colonizado es subyugado por el colonizador y por la fuerza de las ideas que impone el mundo colonial.
El colonizador, reside en los centros de poder, es decir en los lugares y países donde la calidad de vida es superior al conjunto del globo. EE.UU., Europa Dubái etc.
La pandemia o Covid ha permitido un gran avance en el convencimiento de que todos debemos acatar nuevas reglas. Por la salud de todos nos dicen y nos acostumbran a nuevas formas de comportamiento. Hoy se piden y se aceptan medidas aún más restrictivas. ¿Desde dónde se elevan esas voces? Médicos, virólogos, políticos, policías, militares, algunos intelectuales y los medios de prensa y sus infaltables periodistas. Nuevamente los mediadores entre el poder y los pueblos, entre el poder institucionalizado y las grandes las mayorías. Gran parte de la intelectualidad se ha encerrado en sus propias miserias ante el impulso del capitalismo voraz y no parece aun querer desprenderse de su propio bozal.
Veamos pues algunas reglas restrictivas que hoy han sido impuestas y legisladas tomando como centro la defensa de la salud pública: zonas rojas que impiden la libre circulación de las personas, toque de queda, acatamiento al uso de mascarilla, bloqueo de vuelos aéreos, cierre temporal de fronteras y de la libre circulación de las personas, cierre de negocios, escuelas y múltiples actividades deportivas y culturales, aislamiento y confinamiento total o parcial de las personas físicas, prohibición de aglomeraciones de todo tipo. Toda y cada una de estas medidas son excepcionales e implementan en los hechos un “acostumbramiento “a la tiranía. Todas y cada una de estas acciones implican la violencia institucionalizada sobre la población, independientemente de la coyuntura actual. La careta del colonizador caerá y muchas de estas acciones que hoy se imponen perduran más allá del Covid19.
Podríamos decir, entonces, y más precisamente que “una atmosfera de violencia sobrevuela la sociedad colonial” como escribió Frantz Fanon en su libro (1) sobre el colonialismo. El acostumbramiento a estas medidas ya tiene sus defensores, desde las instituciones a los pensadores aparentemente más liberales. Muchos “socialdemócratas” claman por un aumento de las medidas represivas.
Nada es para siempre y así lo indica la historia. Seguramente esta nueva crisis capitalista trae en su seno nuevas y agudas formas de rebelión. La homogeneidad, el pensamiento único darán paso, a nuevas formas de luchas y de organización anticapitalista por parte de los explotados
La normalización y estandarización de las ideas es harto difícil de imponer. Siempre la rebelión acuna el deseo de libertad e igualdad. Lo impuesto a través del miedo y la violencia no logra perdurar sino con más miedo y violencia y ahí está -como la historia indica- su propio talón de Aquiles. Nota: (1) Frantz Fanon. Los condenados de la tierra.