Uruguay ha estado dando mucho que hablar en estos últimos meses, no solo por las políticas de derecha y ultra neoliberal del gobierno de la coalición “multicolor” que preside Lacalle Pou, sino también por el debate sobre el desafuero del Senado, del ex comandante en jefe del ejército en tiempos del Frente Amplio, el general Guido Manini Ríos, una de las figuras fundamentales de la ultraderecha militar instalada dentro del grupo de partidos que gobiernan.
Para hablar de este tema y de otros tanto o más urticantes entrevistamos a la militante social y ex integrante del MLN Tupamaros, Mónica Riet, quien también activa en la solidaridad uruguaya con el pueblo de Haití.
–¿Qué hay detrás de todo el debate que se está dando con el pedido de desafuero de Manini Ríos?
-Quiero explicar en primer lugar que la sociedad uruguaya se encuentra en estado de shock y perplejidad por todos los acontecimientos que están ocurriendo desde que empezó el nuevo gobierno. Porque no estaba pensado el desarrollo de los acontecimientos que se están desplegando, no era lo que estaba planteado en el imaginario colectivo y lo que fue la campaña electoral de Partido Nacional y de los partidos que terminaron conformando una coalición multicolor y fueron los que le dieron en el ballotage el triunfo al Partido Nacional.
Como decís entre ellos está no solo el Partido Nacional con Lacalle Pou sino el Partido Colorado, los dos partidos históricos, también esta Cabildo Abierto, de Manini Ríos, como partido militar que no existía en Uruguay y que nadie preveía tampoco y el Partido Independiente, el Partido de la Gente. Una serie de nuevos partidos que aparecen como estrategia de la derecha ubicando a los diferentes nichos de votantes, como se hace ahora, con estudios relevados de las redes sociales, viendo a qué tipo de candidato puede votar cada sector de la población. Así aparecen estos personajes que son empresarios, que nunca se metieron en política y que te regalan cosas.
-Entre ellos hizo punta Manini Ríos.
-Sí, aparecen personajes extraños, entre otros, Manini Rios, que lo hace de una manera ilegal. Porque él era Comandante en Jefe en el gobierno de Mujica, luego en el de Tabaré Vázquez, y en ese trance es destituido poco antes de las elecciones nacionales. Una vez que ocurre esto, él se dedica a formar un partido político. Constitucionalmente, eso no estaba permitido. Porque un militar tiene que permanecer cuatro años sin poder actuar en política y menos en el caso de un alto mando que maneja información estratégica y demás. Esto provocó una discusión que demoró tres días y que fue escondida rápidamente bajo la alfombra y se legitimó el partido Cabildo Abierto.
A este partido se le llama partido militar, cosa que él niega porque hay dirigentes civiles. Pero justamente, recientemente una serie de referentes civiles del interior de país han renunciado a sus cargos públicamente denunciando que en Cabildo Abierto se había dado un empoderamiento de la dirección, formada por militares que están en el partido. Son todos militares de la dictadura que no consultan a los demás miembros de Cabildo Abierto y sus demás miembros civiles.
Es un proceso paralelo que pasa en la interna de Cabildo Abierto y que pasa también para afuera. Manini Ríos hace una campaña en donde trata de presentarse como un sector nacionalista, que está en contra de la instalación de la planta de celulosa de UPM que es un factor de conflicto social grande en nuestro país actualmente. Se vale de eso para ganar adhesiones y simpatías por parte de sectores que incluso votaron al Frente Amplio en las últimas elecciones.
También hace la campaña de estar contra la corrupción, cosa que también es un proceso que a lo largo del gobierno frenteamplista se agudizó. Son los elementos que prevalecen, pero luego de ganada la elección son otros los asuntos que empiezan a imponerse. Entonces, este personaje Manini, se transforma, incluso te diría que empieza este proceso entre la primera y la segunda vuelta. Él gana con 270 mil votos, lo que le da tres senadores y once diputados y una presencia importantísima a nivel de gobierno.
-¿Esa realidad de tantos votos lo pone de golpe en otro escenario?
Así es. Esto lo valentona para empezar a hacer oír más su propio discurso. Tal es así, que a pesar de que no hay debates, muchos programas periodísticos de radio y televisión lo entrevistan y él ya empieza a manifestarse en defensa de lo que fue la dictadura militar y en contra de los procesamientos de los pocos militares que tenemos judicializados en Uruguay y por crímenes de lesa humanidad. Desde las palabras hasta su gestualidad, Manini empieza a causar miedo en la población. Incluso, en ese sector de la propia base frenteamplista que produjo un voto castigo en la primera vuelta al Frente Amplio.
Hace un vuelco de su voto para el ballotage, cuestión que produjo este fenómeno que en la segunda vuelta se de ese empate técnico entre Lacalle Pou y el Frente Amplio. Fue producto del cambio de votos de la base, de manera autónoma al darse cuenta que había ascenso del fascismo y de los factores de la dictadura. El voto castigo lo tengo que mencionar, para que se entienda el momento actual. Hubo tres períodos del Frente Amplio: si bien el primer año se cumplen los compromisos con la burocracia sindical de instalar los convenios de salarios, que es verdad que generaron mucha conciencia de derechos que no existían en ese momento, principalmente en la juventud. Y permitieron y obligaron a la formación de sindicatos, incluso en lugares donde había poco número de empleados. Eso es verdad que empoderó a los trabajadores. Creció exponencialmente el número de afiliados de la Central Sindical, que pasó de tener 100 mil afiliados, a 300 o 400 mil afiliados.
-Mónica, me interesa centrarnos en Manini Ríos porque me parece una figura exógena de la derecha que se está dando en todas partes del continente, de hecho lo asocio con Bolsonaro, que también tiene cierto apoyo popular, a pesar de las barbaridades que dice y hace. Es interesante saber qué hace el progresismo uruguayo frente a un peligro como Manini Rios, qué hace el Frente Amplio, o los dirigentes como Pepe Mujica, ¿tratan de frenarlo o se quedan en aprontes?
-En los tres períodos del Frente Amplio hubo amparo total de la impunidad. Lo que sucede hoy es una continuidad de las posiciones que tuvieron los referentes fundamentales del Frente Amplio durante sus tres gobiernos. Ahora que se está discutiendo el desafuero de Manini Ríos que ha sido convocado por la fiscalía por un delito de omisión de denuncia de crímenes de lesa humanidad, él anuncia públicamente que no lo denunció, y la ley lo obliga. Entonces, empieza el fiscal a pedir el desafuero de Manini. Esto se empieza a discutir y quien sale primero a la palestra pública es Mujica diciendo que él no va votar el desafuero de Manini Ríos. Durante varios días lo afirma.
Siempre que Mujica habla genera opinión pública porque tiene mucha gente que todavía cree en su palabra, aunque mucha gente ya no le cree dentro de la izquierda y entre sus antiguos votantes. En este momento, Manini Ríos que durante un año estuvo alardeando y haciendo campaña que él no se iba a amparar en los fueros sino que él se iba a presentar voluntariamente a la justicia, cambia de opción y dice que se amparará en los fueros utilizando un elemento que le proporciona Mujica.
-Qué paradoja o que confirmación de lo hecho por Mujica durante su gobierno, que cuando se le planteaba juzgar a los militares asesinos, siempre decía que “no valía le pena ya que eran muy viejitos”.
-Si. Mujica dijo: yo no voy a votar el desafuero porque nadie nos dice que mañana Manini pueda volver una vez que pase a la justicia. Eso solo ocurriría si es absuelto, como él supone., porque antes debe ser votada nuevamente la entrada de los fueros. Entonces, Mujica dice que después de eso, no se sabe que es lo que va a pasar con Manini. Manini toma esos mismos argumentos, y dice que él se debe a los 270 mil votantes y que debe estar presente en el gobierno respondiendo a la gente que depositó su confianza en él.
Pero Manini durante este tiempo, presentó e hizo la propuesta de volver a imponer la ley de impunidad. Lo presentó al Senado, lo que es un exabrupto, porque la comisión Interamericana de Derechos Humanos, referida en el caso Gelman, ya se ha pronunciado, con que la ley de impunidad no es válida. No tiene aplicación en el Uruguay porque va en contra de todos los tratados internacionales que Uruguay voluntariamente y democráticamente firmó y avaló. Entonces, estábamos escuchando también que él estuvo haciendo campaña dentro y fuera, es su estrategia, del Senado.
Ha usado todas las horas medias previas, que supuestamente no se pueden usar para elementos políticos, él las usó para hablar del tema de que la Justicia se ha encarnizado y que hay justicia paralela contra los militares, que se inventan pruebas y ahí reivindica a todos los criminales de lesa humanidad. Otra forma de comunicación que tiene, es que él hace un tiempo que no habla con la prensa para no verse sometido a las preguntas, pero sí elabora videos que hace circular por redes sociales y WhatsApp donde mantiene un lenguaje agresivo.
Te diría que es allí donde vemos el ascenso del fascismo. Ahí vemos cómo hace la defensa de la dictadura y del papel que jugaron los militares, y también de los crímenes de lesa humanidad. Ante esto vos preguntabas que hace el Frente Amplio, yo te diría que ha permanecido en silencio, salvo excepciones, como es el Senador Oscar Andrade, del Partido Comunista, que se destaca del resto por tener una actitud incisiva en los medios de comunicación. Las figuras principales del Frente no se manifiestan, o lo hacen como Mujica.
–¿Cómo juega en todo este entramado el partido Nacional?
-El Partido Nacional acaba de decidir que votará en contra del desafuero y que este tema será tratado en las cámaras recién después de las elecciones municipales a fines de septiembre. El Partido Nacional que tuvo varios dirigentes presos, muertos y perseguidos, durante la dictadura, como su líder Ferreira Aldunate, estaba muy dividido en esta discusión interna.
De manera que inteligentemente el presidente Lacalle Pou, los reunió durante varios días, y cómo se está votando el presupuesto ahora, y había diferencias en la coalición, hizo prevalecer la disciplina partidaria para mantener la coalición Multicolor unida y darle gobernabilidad a su gobierno. De la misma manera que lo hizo Mujica con la Ley de Impunidad, el Tratado de Protección de Inversiones con EEUU, la operación Unitas, el envío de tropas a Haití, etc., durante el gobierno Frenteamplista.
-Recientemente también hubo mucha polémica sobre la actitud de algunos parlamentarios sobre el tema de la Ley de Urgente Consideración, conocida popularmente como LUC, que generó una gran lucha en la calle.
-La Ley de Urgente Consideración es. en mi opinión, todo el programa de gobierno de Luis Lacalle Pou, que lo hizo aprobar en 90 días por un procedimiento que se puede presentar: una Ley de urgente Consideración. Pero ahí él mete 500 artículos que refieren a toda la estructura del Estado, donde hace perder autonomía a parte del Parlamento y la Justicia en beneficio del Ejecutivo y de la figura presidencial Se habla de las privatizaciones de las empresas públicas, se habla de ir en contra del derecho de huelga, del derecho de ocupación, del derecho del piquete.
Toca realmente principios fundamentales de la democracia y no hay tema que quede por fuera. Abarca toda la institucionalidad democrática. Nada queda por fuera de la LUC. Esto se hace sin discusión, porque obviamente en 90 días es imposible que el Parlamento pueda discutirlo y menos la opinión pública. El Frente Amplio decidió no oponerse en bloque a la LUC, sino tratar de excluir algunos artículos, a pesar de los graves contenidos antidemocráticos e inconstitucionales, para»mejorar» el proyecto.
La coalición, procedió ahora a reincluir en el Presupuesto nacional, los artículos que excluyó de la LUC en acuerdo con el Frente Amplio. Ni éste ni la cúpula sindical se plantean confrontar hasta ahora de manera seria, contra la LUC que sumerge al pais en un Estado antidemocrático donde no están garantizadas las garantías del debido proceso, ni el respeto de los DDHH más elementales.
Entonces, vemos que la LUC es una suerte de autogolpe institucional. Como pudo haber pasado en Brasil con Dilma Russeff, donde no es la oposición, sino que es la propia fuerza de gobierno, la que hace una gran cantidad de cambios constitucionales. Sin embargo, lo hace, todos incluidos en una Ley de Urgente Consideración que fueron aprobados, que ya empezaron a regir y que también determina la militarización del país.
-Esta medida tiende también a favorecer la represión contra todo aquel que saque los pies del plato, ¿no es así?
-Por supuesto, está vinculado con un empoderamiento tanto de la policía como de los demás cuerpos represivos. Durante el período progresista, los medios de comunicación y la derecha nos acosaron haciendo campaña contra la inseguridad, y ahora se ha cambiado el eje hacia el narcotráfico.
Un narcotráfico que aparece de la nada durante el gobierno de Mujica cuando se instala la DEA y la USAID y aparecen tres mega-embarques en contenedores con destino a Europa y se comprueba que fue en Uruguay donde eso fue embarcado. No se conoce mucho porque no se ha investigado realmente, pero hay una constatación de que pasó. Uruguay se pone en el tapete de los países que son de tránsito o de tráfico de droga, algo de lo que hasta ese entonces estábamos totalmente ausentes.
Entonces, no solo eso, sino que empiezan a aparecer en los barrios bandas de narcotráfico. Acá no hay un mercado como para que aparezcan grandes bandas, sobre todo pensando en que esa agenda sustituyó a la agenda de la izquierda durante el período progresista. Hubo una contrarreforma agraria, una concentración y extranjerización de la tierra y de la industria. Pero si hubo una agenda progresista que legalizó la marihuana cosa que no era una demanda social, el 60% de la sociedad estaba en contra. Sin embargo, Mujica visitó a Rockefeller y a Soros, y luego impuso la legalización de la marihuana. Quiero que sepan que hoy, está en manos de transnacionales que la están produciendo para exportar.
Una de las cosas en las que más hizo hincapié la derecha para ganar al Frente Amplio, fue insistir con que no eran eficientes con la delincuencia. Entonces se impone no la delincuencia, sino el narcotráfico. Como solución al narcotráfico, lo que viene es la militarización del territorio nacional. Ya estaba en práctica, a pesar de que el fiscal de Corte, Jorge Díaz, ha dicho muy inteligentemente que el narcotráfico, o sea los capos narcos, no los de venta de pasta base o el menudeo, sino el combate al narcotráfico, se hace con inteligencia del Estado y no con tanques como tenemos en el territorio desplazándose por el territorio con armas de guerra.